En los primeros amores solemos escuchar continuamente mensajes de alerta sobre aquello que no es amor, sobre relaciones tóxicas, sobre los signos de una mala relación como el control de la otra persona o la presión para mantener relaciones íntimas.

En estos momentos del inicio, queremos ser el centro del universo de nuestra pareja. Nos centramos  en nuestras necesidades y deseos o nos sentimos con la necesidad de afecto, atención y compañía, pensando que la relación va a resolver todas nuestras carencias. Y ponemos así todo el foco de atención en esa relación.

Tal vez en esos momentos, es más interesante enfocarnos en conocer cómo son las relaciones sanas y cómo tener relaciones igualitarias y positivas para tener un mapa de ruta de buenas prácticas y relaciones positivas.

¿Cómo son las relaciones sanas?

Apenas nos conocemos a nosotros/nosotras mismas y no tenemos a veces ni siquiera una buena relación de amor propio. En ocasiones porque no hemos reflexionado nunca sobre nuestra forma de vernos, entendernos y entender a quienes nos rodean.

Entonces, ¿cómo ser conscientes de que nuestra intensa relación de pareja es sana y no estamos reproduciendo modelos de películas, series, redes sociales y canciones que nada tienen que ver con nuestra realidad?

Cuando hablamos de relaciones románticas y/o sexuales saludables, hemos de saber que no existe un solo modelo de relación, y  que estas relaciones sanas deben ir construyéndose con el tiempo. Así,  iremos conociéndonos, y creando acuerdos mutuos que irán siendo hablados y revisados cuando alguna de las dos personas de la relación no se sienta bien.

No hay una fórmula de relación perfecta para todos los casos, pero si hay elementos fundamentales a seguir en ese mapa de ruta que va guiando nuestra relación.

Elementos saludables de una relación

  1. Sentirse bien estando en pareja y haciendo cosas conjuntamente y también haciéndolas por separado con el grupo de amistades.
  2. Sabemos escucharnos y comunicarnos para llegar a acuerdos cuando pensamos o deseamos planes distintos y consideramos igual de importante la opinión de cada parte de la pareja.
  3. Podemos ser como somos, sin necesidad de hacer esfuerzos para agradar a la otra persona y sin querer cambiarla porque aceptamos sus cualidades y defectos, y esto es recíproco.
  4. Cuando surge un desencuentro o discusión, intentamos buscar soluciones que sean satisfactorias para ambos sin utilizar el chantaje ni la amenaza, solo escuchando y dialogando.
  5. Podemos hablar de cualquier tema con confianza y expresar nuestros sentimientos sin miedo a la reacción de la otra persona, sean cuales sean.
  6. Nos reconocemos como personas libres y responsables de su propia felicidad y cuidado sabiendo que no es obligación de nuestra pareja que nos resuelva nuestros problemas.
  7. Respetamos que somos personas diferentes y que, si cualquiera decide dejar la relación, puede hacerlo sin miedo, y la otra persona ha de respetar esa decisión, aunque le duela.
  8. Nadie domina ni es dominado. Se respeta y se es respetada/o.