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Ruta norte - 04. Mercado del Grao - València

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RUTA NORTE - 04. Mercado del Grao

 



La primera documentación dónde aparece la existencia de un mercado en el actual barrio del Grao data del año 1414, en la Plaza de la Font Nova, situada al final de la Avenida del Puerto. Más tarde, durante los s.XVI y XVII se vuelve a mencionar este lugar como Plaza del Grao.
A lo largo de s. XIX la actividad de mercado se sigue desarrollando en una zona a espaldas del baluarte, alrededor de la plaza de la Fuente Grande, entre las actuales Canónigo Rocafull y Juan José Síster, que más adelante pasará a llamarse plaza del Mercado Viejo.

 
Mercado del Grao, 1928.


Es durante este siglo cuando el barrio experimenta un importante desarrollo gracias a la llegada del ferrocarril de Valencia al Grao y al impulso del Puerto. Esto origina la demanda, por parte de los vecinos, de nuevas infraestructuras, sobre todo destinadas a una actividad comercial como es el mercado.
Sin embargo, no es hasta 1903 cuando se tiene constancia de la existencia de un proyecto de mercado para el Grao. Aunque se ha encontrado escasa información del mismo, ésta apunta a que el proyecto no preveía el emplazamiento actual, sino que mantenía la misma ubicación que el antiguo mercado.
 

Vista del Mercado del Grao despues de la intervención de 1991.


No obstante, en el concurso para la construcción también se debía proponer el terreno idóneo para su ubicación. Finalmente, se informó de forma favorable al emplazamiento definido por la Calle Atarazanas (actual José Aguirre) y Calle Palau (actual Crist del Grau) “aunque no esté tan cerca del puerto”. Durante la ejecución de mercado se abrirán dos vías auxiliares paralelas a estas calles y que rodearán la construcción. En la prensa de la época se recoge que el Mercado del Grao fue inaugurado el 17 septiembre de 1910 con la presencia de los más importantes representes del consistorio. Se concibió un mercado abierto configurado a partir de dos naves longitudinales y cinco perpendiculares a las anteriores, bajo las cuales se disponían los puestos. Importantes marquesinas de protección rodeaban las cubiertas y uniéndolas entre sí, dejando patios entre cada nave. Pilares de hierro forjado y cuchillos metálicos ordenaban la disposición de puestos y componían la delicada estructura vista sobre la que descansaba el tablero de madera para la cubierta.

 
Imagen del Mercado del Grao durante las obras de 2019.


Más adelante, y debido al mal estado en que quedó el mercado tras la riada de 1957, se decide poner en marcha su reconstrucción. El proyecto corre a cargo de José Ramón Pons Ibáñez que mantiene la estructura principal y cierra el perímetro.
En la década de los noventa el mercado vuelve a ser objeto de una intervención de importancia ante el mal estado que presenta por la falta de mantenimiento. En este proyecto, dirigido por la arquitecta municipal Rosario Casao Piquer, se cubrieron los patios transversales.
Tras esta intervención el mercado se fue degradando de manera considerable hasta el 2019, año en el que se acometieron las últimas obras. Éstas han supuesto una profunda transformación del edificio, sobre todo en la imponente estructura originaria. El nuevo equipamiento mantendrá en parte el uso de mercado que convivirá con nuevos espacios de relación vecinal.

 

 


GRAO MARKET

The first documentary evidence of a market in today’s Grao neighborhood dates back to 1414, in Plaza de la Font Nova, located at the end of Avenida del Puerto. Later, during the 16th and 17th centuries, the same place is mentioned again as Plaza del Grao. Throughout the 19th century, the activity of the market continued to take place in an area behind the bastion, around Plaza de la Fuente Grande, between today’s Calle Canónigo Rocafull and Juan José Síster, which would later be called Plaza del Mercado Viejo.

 
View of the market, 1928.


During the 19th century, the neighborhood experienced significant development thanks to the arrival of the Valencia-Grao train line and the activity of the Port. This led the residents to demand the creation of new infrastructure, above all facilities designed for commercial activities such as the market.
However, there is no evidence of the existence of a market project for the Grao until 1903. Although little information has been found about this project, this suggests that construction was not planned to take place in the market’s current location, but rather was designed to stay on the same site as the old market.

 
View of the market after the 1991 intervention project.


Nevertheless, bidders in the tendering process for the construction works had to suggest the ideal plot for the market. In the end, a favorable report was made on the plot defined by Calle Atarazanas (today’s José Aguirre) and Calle Palau (today’s Crist del Grau) “even though it isn’t very close to the port”. During the construction of the market, two auxiliary roads were opened in parallel to these streets and which surrounded the building site. The press of the time reported that the Grao Market was inaugurated on September 17, 1910 with the most important representatives of the city council in attendance. It was designed as an open market formed of two longitudinal halls and five halls running perpendicular to them, under which the stalls were distributed. Substantial protective canopies surrounded the roofs and joined them to each other, creating courtyards between each hall. Wrought iron pillars and metal trusses dictated the arrangement of the stalls and made up the delicate visible structure on which the wooden roof panels rested.  
 

Grao market during the 2019 works.


Subsequently, and due to the poor condition in which the market was left after the 1957 flood, the decision was taken to rebuild it. The project was managed by José Ramón Pons Ibáñez who maintained the main structure and closed the perimeter.
In the 1990s the market was once again subject to a significant intervention to address the poor condition it was in due to a lack of maintenance. In this project, managed by the municipal architect Rosario Casao Piquer, the transverse courtyards were covered.
After this intervention, the market continued to deteriorate considerably until 2019 when the latest works  on the building were carried out. These have involved a profound transformation of the building, above all on the imposing original structure. The new facilities will maintain the function of the premises as a market alongside new spaces for local community use.