Ayuntamiento de València - València
Más de 75.000 personas han visitado los cinco nuevos centros culturales municipales en su primer año en funcionamiento


• Vista interior del Centro Cultural l'Escorxador
06/05/2025
- Se cumple el primer aniversario de la apertura de los cinco nuevos centros culturales del Ayuntamiento, que han ofrecido cerca de 1.000 actividades en 365 días
- Los centros culturales inaugurados hace ahora un año son l’Alqueria d’Albors (Els Orriols), Aben al-Abbar (Albors), Nave 3 de Ribes (Russafa) y Reina 121 y l’Escorxador (ambos en el Cabanyal-Canyamelar)
- Cada uno de los centros ha elaborado una programación especial de celebración de este primer aniversario, que incluye muestras retrospectivas, actuaciones y actividades transversales, con la participación de entidades vecinales, colectivos cívicos y agentes culturales
Más de 75.000 personas han visitado los cinco nuevos centros culturales municipales qe abrieron sus puertas hace ahora un año en diferentes barrios de la ciudad. En sus primeros 12 meses en funcionamiento, estos centros ofrecieron hasta 1.000 actividades de distinto carácter a la ciudadanía, “ejerciendo un papel de liderazgo cultural en cada uno de los barrios en los que se abrieron”, tal como ha señalado el concejal de Acción Cultural, José Luis Moreno. Se trata de los centros culturales Alqueria d’Albors (en el barrio dels Orriols), Aben al-Abbar (en Albors), la Nave 3 del Parc Central (en Russafa) y los centros Reina 121 y l’Escorxador (ambos en el Cabanyal-Canyamelar).
Fue el 2 de mayo del pasado 2024 cuando se inauguraron los cinco nuevos centros municipales con el objetivo de ampliar y descentralizar la oferta cultural de la ciudad. El concejal José Luis Moreno ha realizado un balance general de este primer año de funcionamiento, y ha explicado que “estos centros no solo han dinamizado a la ciudadanía, sino que se han convertido en focos generadores de cultura, de encuentro y de interacciones entre personas y agentes culturales, y asimismo de entidades públicas, asociaciones, colectivos de artistas, entidades vecinales y agentes culturales de cada uno de los barrios”.
Esta multiplicidad a la que se atiende a la hora de buscar sinergias, ha continuado el edil, también se observa en la programación de los centros, lo más amplia posible, a fin de que cualquier ciudadano o ciudadana se sienta representado o disponga de alguna actividad a la que pueda sumarse. “De este modo, ocupan un lugar preeminente el teatro, la música, la literatura, el cine, la danza, las artes plásticas y el circo, mediante difenretes encuentros interculturales, monólogos, representaciones, conciertos, presentaciones de libros, conferencias, mesas redondas, proyecciones, talleres, exposiciones y festivales, entre otros formatos”. Asimismo, se ha buscado conjugar las programaciones de los centros con las propuestas de entidades externas, con las que se ha establecido relación desde el principio. Hay que señalar que las actividades programadas en todos los centros están abiertas a cualquier persona interesada y son completamente gratuitas.
Propuestas intergeneracionales e inclusión
Durante este primer año de funcionamiento, desde las direcciones de los centros se ha trabajado también en el diseño de una oferta cultural para los diferentes segmentos de edad: infancia, juventud, personas mayores y propuestas intergeneracionales. Junto a la edad, se ha trabajado también en “dar voz y protagonismo a los barrios, revertir la desigualdad de género, sensibilizar de la importancia del cuidado de las personas de mayor edad necesitadas, o integrar a las personas con discapacidad”, ha explicado el concejal de Acción Cultural.
Como ejemplo, mientras que en mayo de 2024 las actividades internas del centro cultural Alquería de Albors configuraban prácticamente la totalidad de la programación, doce meses después constituyen el 53%, con un 47% de actividades surgidas directamente de entidades externas vinculadas al barrio. Lo mismo ocurre con el centro cultural Nave 3 de Ribes, en el que el dinamismo sociocultural del contexto en el que se ubica ha llevado a configurar una programación en la que de 168 actividades realizadas en el primer año, el 71’42% responde a propuestas externas.
A lo largo de este año de existencia, cada centro ha ido configurando una identidad propia, acorde con la demanda y con la propia idiosincrasia del barrio en el que se ubica. Dado que se trata de barrios distantes unos de otro, adecúan sus proyectos al tipo de público al que prioritariamente van dirigidos. Así, por ejemplo, la Alquería de Albors, en el barrio dels Orriols, compuesto en buena medida por familias migrantes, ha adaptado su programación a necesidades culturales imprescindibles (como la enseñanza de lenguas, los conciertos, o los talleres formativos…).
Por su parte, en el Cabanyal-Canyamelar, donde se ubican los centros de l’Escorxador y Reina 121, se ha hecho hincapié en marcar la diferencia y singularidad de cada espacio: l’Escorxador es un centro de recuperación colectiva de la memoria de un barrio con una marcada identidad y un gran protagonismo vecinal. Y Reina 121 funciona como un espacio multidisciplinar de acción comunitaria centrado en crear sinergias y activar redes de trabajo inclusivas de las que surjan propuestas culturales diversificadas, y en las que tienen cabida desde la cultura tradicional a las propuestas más innovadoras y de carácter participativo, abiertas a todos los colectivos.
Por su parte, el centro cultural sito en el chalé de Aben al-Abbar, un edificio emblemático próximo a la avenida del Puerto, rápidamente se ha configurado como espacio de referencia en cuanto a generación de actividad sociocultural, y ha llegado a programar de forma estable una media de 60 actividades mensuales, con una participación de público entre 100 y 120 personas en cada una de ellas. Entre sus retos destaca la ampliación del rango de asistencia de público joven y la conversión del espacio en un centro de referencia para la creación y el estudio de la ficción en València, a través de sus talleres de creación literaria, cinefórums, grupos de teatro y clubes de lectura.
Por último, el centro cultural Nave 3 de Ribes se ha ido consolidando en este primer año como espacio de referencia para la participación cultural comunitaria. Se ha convertido en un laboratorio abierto a la experimentación audiovisual, etnobotánica y a la integración de múltiples colectivos- “En definitiva, diversidad cultural llevada a su máximo exponente en la materialización de cartografías colectivas en las que se ha puesto en el mapa de Russafa y Malilla el ecosistema cultural y social de ambos barrios”, ha explicado el concejal.
Cada uno de los centros ha elaborado una programación especial de celebración de este primer aniversario, que incluye muestras retrospectivas, actuaciones y actividades transversales, con la participación de entidades vecinales, colectivos cívicos y agentes culturales.