Proyectos-Almoina-Proyecto - València
PROYECTOS URBANOS
PLAZA DE LA ALMOINA Y DEL ARZOBISPO
PROYECTO DE URBANIZACIÓN
Acometer la reurbanización del entorno de la parte este de la Catedral es una cuestión muy interesante, incluso apasionante, ya que la actuación comprende espacios urbanos con entidad propia, dominados no sólo por la presencia de una estructura parcelaria habitual en las áreas históricas, sino por la presencia de edificios históricos de gran trascendencia, que lo diferencia de otros entornos menos significativos del Centro Histórico.
Ello plantea consideraciones acerca de:
- Irregularidad de las alineaciones.
- Fraccionamiento del espacio urbano.
- Visualización de los monumentos del entorno y su relación con el espacio público.
- Relaciones secuenciales entre los espacios (plazas y calles).
- Regularización de los elementos de mobiliario implantados.
- Adaptación a la orografía natural y superpuesta del terreno.
- Erradicación de usos y ocupaciones negativas o distorsionantes del espacio público (aparcamientos, contenedores, etc.).
- Consciencia de hallazgos arqueológicos existentes.
Todas ellas, evidentes para el tratamiento de este entorno histórico.

La acotación del ámbito de actuación, se justifica por la relación entre el área tratada con otras urbanizaciones existentes, la solución a problemas de tráfico y a que se trata de una primera fase del establecimiento de una coherencia de recorridos con otras actuaciones realizadas o previstas como son la Plaza de San Vicente Ferrer, Nápoles y Sicilia, Palau, Plaza de la Virgen, Plaza de la Reina, Calle del Almudín, Plaza San Luis Beltrán, Plaza San Esteban; todo ello sin renunciar a las características propias de cada uno de los espacios y piezas urbanas como la Iglesia de Santo Tomás y San Felipe Neri, Iglesia de San Juan del Hospital, Palacio del Almirante, Iglesia de San Esteban, Palacio Arzobispal, Catedral, Basílica de Nuestra Señora de los Desamparados, Museo del Marqués de Campo, Almudín y los hallazgos arqueológicos de la Plaza de L'Almoina.
La estructura de los espacios que la conforman, por falta de acotación física y visual de los mismos, tiene una imagen desordenada, no existiendo, aparte de la potencia de los edificios monumentales, elementos que los caractericen, produciéndose una ambigüedad en la lectura de los mismos.
Así la Calle del Palau que llega hasta la Plaza de L'Almoina, ensanchándose en su traza desde la Calle Avellanas, se estructura con una anchura incluso superior a la plaza que, junto con la existencia de la arquitectura unitaria del Palacio, da como resultado un espacio con una presencia unitaria pero que pierde su lectura de calle y que entra en competencia con las dos plazas (L'Almoina y Arzobispo) incorporadas física y visualmente.
De esta forma, nos encontramos con una plaza de L'Almoina en la que uno de sus frentes históricos ha desaparecido como resultado de las excavaciones arqueológicas, pero en la que existen elementos de importancia histórica que es necesario realzar como la puerta románica de la Catedral y la Capilla de San Vicente, que obedece en su traza a los restos del conjunto episcopal visigótico, situado en la misma y en los sótanos del edificio.
Esta plaza, junto con la Calle de la Barchilla, supone el espacio soporte de la Catedral y sigue su traza conformándose zonas de gran complejidad geométrica como la determinada por la concavidad de la puerta románica y la convexidad del retranqueo del Palacio Arzobispal que la enfrenta.
La Plaza del Arzobispo, cuya presencia más importante es la del edificio construido por el Marqués de Campo, tiene una configuración mas definida por las edificaciones y calles que atracan en ella (Harina y Llimera), existiendo un problema de acotación en su frente sur con la Calle del Palau, pero al tener en ella un espacio ajardinado con una alberca, se revela como un espacio autónomo y definido, cuya única crítica es la necesidad de la simplificación y regularización del jardín.
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