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Proyectos - València

PROYECTOS URBANOS

PARQUE DE MARXALENES (1ª FASE)

DESCRIPCIÓN

Tipo de obra: Actuaciones sobre el espacio público
Proyecto/Obra: PARQUE DE MARXALENES (1ª FASE)
Superficie total actuación: 76.590 m2
1ª FASE 48.775 m2
2ª FASE 27.815 m2
1ª Piedra: 14 de octubre de 1998
Inicio de obra: Noviembre de 1998
Fin de obra: Junio del 2001
Arquitecto: Amparo Medina Piles
Jardinería: Taller de Jardinería Babilonia S.L.
Aparejador/Ingeniería: Isabel Hoyos, Manuel Mercader / A. González
Empresa constructora: Necso, Entrecanales y Cubiertas, S.A.
Promotor: Ayuntamiento de Valencia. Gestiona AUMSA
Presupuesto de contrata: 4.737.423,42 euros (788.240.933 pesetas)
Fondo FEDER (70%): Programa Operativo Medio Ambiente Local (POMAL) 1994-1999


Dibujo del Parque de Marxalenes

El Parque de Marxalenes, cuyo nombre probablemente guarde relación con la palabra marjal, ofrece al visitante una representación de la historia evolutiva del paisaje de la plana litoral valenciana.

La imagen del agua, presente en la laguna, el Ullal, las acequias, las albercas y las esculturas-fuente, es fundamental para narrar esta historia.

Alrededor del Ullal y de la laguna, los paisajes típicos de ribera se entrelazan con otros, representativos de la montaña valenciana. Todos estos paisajes van acompañados de una gran variedad de arbustos.

La imagen del suelo fértil queda plasmada en los jardines útiles, que cuentas con una amplia alberca y están atravesados por acequias.

En torno a la Antigua estación de ferrocarril se recrea la idea de comunicación y transporte, representado por la vegetación exótica, símbolo del intercambio cultural entre los distintos países del mundo.

En este parque pasear es algo diferente ya que se puede recorrer y reconocer los diferentes tipos de vegetación característicos de nuestros bosques.

La arboleda del Parque está organizada en paseos dedicados a cada uno de estos árboles, acompañados de los arbustos que viven con ellos: Paseo de la Palmera, del Algarrobo, del Olivo, del Lames, del Roble, del Fresno, del Olmo, de la Carrasca, del Chopo, del Pino y del Sauce. Paisajes diferentes integrados en un conjunto que da una idea general del medio natural propio de la tierra valenciana.

En ellos la sombra protegerá del sol en verano, y disfrutando de sus cálidos rayos en invierno.

En los claros del Bosque y el Paseo del Ginkgo se puede encontrar un árbol emblemático, el Ginkgo biloba, auténtico fósil viviente, al que por su antigüedad y capacidad de superviviencia en medios hostiles, el Parque rinde homenaje.

En el litoral valenciano el agua forma parte del paisaje, en muchos aspectos lo conforma. A su vez, el agua es vida, quizá su símbolo más representativo. En el Parque, por ambos motivos, el agua está presente.

El paisaje valenciano evoluciona en la medida en que el agua es controlada y dominada por el hombre. La huerta nace desecando la marjal y canalizando, mediante acequias y albercas, el agua para el riego. El agua es agente de prosperidad, de riqueza, produce normas e instituciones; pero el agua también es destrucción y desgracia, tanto cuando escasea como cuando se presentan lluvias torrenciales

Vistas del Parque de Marxalenes

En el Parque el agua brota mansamente de la tierra; es el ullal, que alimenta la laguna. El agua crea espejos donde se mira el cañaveral, reflejos del paisaje y del atardecer templado del verano en las albercas. Riega hasta el último rincón de la huerta y abastece las fuente en las que podemos beber y refrescarnos.

También en los claros del bosque el agua aparece en nuestro recorrido por el parque; esta vez con forma de piedra-mármol trabajada. Las esculturas-fuente toman sus respectivos nombres de las plantas a las que simbolizan y acompañan ( Arce, Madreselva, Rosa, Tejo, Murta, Zarza, Hiedra, Menta, Boj, Serbal, Taray ). Es a ellas a quienes ofrecen su agua a través de diferentes canales y surtidores.

De esta forma, las esculturas, obra de T.Thieme, A.Becker y C.Zimmermann, se convierten en piezas vivas. El paso del agua las irá labrando...

La edificación también forma parte del paisaje y de su historia.

La alquería, centro de vida y de trabajo del labrador, configura desde que aparece la huerta, la imagen del campo valenciano, salpicando de pequeñas motas blancas cuando se observa desde la distancia espacial e histórica.

Al diseñar el parque hemos querido aprovechar la presencia de la edificación, intentando integrarla, darle un sentido y hacerla útil. Son muchas las alquerías que hemos encontrado: La de Barrinto, de origen medieval, la del Foraster, la de Luna, la de Boro Baus, la de Félix. También había una fábrica de aceite y la primera Estación del Ferrocarril metropolitano de finales del siglo pasado.

Su conservación ayuda a preservar una imagen, ya familiar para los vecinos, de forma que el Parque, aunque recién llegado al barrio, no resulte un extraño. También tiene un gran interés paisajístico e histórico. Pero además podemos aprovechar su espacio interior para albergar usos y actividades de carácter social y cultura. El Centro de Recepción, el Aula de la Naturaleza, la Biblioteca Infantil, la Escuela de Jardinería… encuentran en estos edificios una ubicación perfectamente adecuada.

La Fábrica de Aceite y la Estación del Ferrocarril permiten recuperar los edificios y la memoria de estas actividades, tan ligadas al barrio y a la ciudad. La creación de sendos Museos, del Aceite y del Ferrocarril Metropolitano responde a esa intención.

La especial vocación paisajística del Parque no impide disfrutar de o de otras actividades características de un parque urbano. El deporte está presente en el Parque, a través de su polideportivo.

Vistas del Parque de Marxalenes

Información adicional

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PARQUE DE MARXALENES (1ª FASE)


 Plano de situación del Parque de Marxalenes