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València en la memoria - València

València en la memoria

 

València en la memoria

València en la memoria recupera para el espacio público de nuestra ciudad,edificios o monumentos que tuvieron un importante papel (político, cultural, cotidiano) durante la guerra civil, prestando especial atención al año en que València fue capital de la República.

Una serie de elementos nos dan las informaciones más destacadas, ilustradas con imágenes históricas, y ampliables en esta página web, de fácil acceso gracias a códigos QR.

Haciendo 'visibles' de nuevo estos edificios, se recupera para la ciudadanía una parte de nuestro patrimonio durante aquellos años tan importantes como difíciles, complementando así las informaciones ya disponibles para otros períodos de la historia de nuestra ciudad.

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Mapa de situación

Palacio del Marqués de Campo (o de los Condes de Berbedel)

Palacio del Marqués de Campo (o de los Condes de Berbedel) Palacio del Marqués de Campo. Actual Museo de la Ciudad

Cuando València fue capital de la II República española (1936-1937), este palacio del siglo XIX –situado en la entonces Plaza de los Trabajadores- se convirtió en sede del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social. Se trataba de un ministerio de nueva creación, sin precedentes en la estructura gubernamental española, reuniendo competencias hasta entonces asignadas principalmente a los ministerios de Gobernación y de Trabajo. Con la llegada del Gobierno, su primera sede estuvo en el Palacio de los Montenegro (que continúa existiendo en la Calle Sorní, nº 3, muy cerca de la parada de Metro de Colón), que acogía el Comité Sanitario de la Conselleria Provincial de Sanitat. A su cabeza estaba la anarquista catalana Federica Montseny i Mañé (1905-1994), primera mujer ministra de la historia de España y una de las primeras de Europa. Si bien su nombramiento no estuvo exento de polémica, la prensa de la época no tardó en destacar su significado. Según la revista gráfica Estampa, era:

la entrada de una mujer en el despacho central de un Ministerio, suceso que delimita perfectamente los dos aspectos: el nuevo, el de amplias posibilidades para todo el que tenga aptitud para las cosas, y el viejo, el que nosotros mismos descubrimos destacando este mismo nombramiento de ministro para una mujer, cosa que debía parecernos tan natural y espontánea si no tuviésemos todos la inteligencia tan ligada a esa red de viejos prejuicios que nos ha rodeado desde siempre.

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